"Si te amas a ti mismo, amas a todos los hombres como a ti mismo. Mientras le tienes menos amor a un solo hombre que a ti mismo, nunca has llegado a amarte de veras, con tal de que no ames a todos los hombres como a ti mismo, a todos los hombres en un solo hombre: y este hombre es Dios y hombre. De modo que va por buen camino el hombre que se ama a sí mismo y ama a todos los hombres como a sí mismo; y éste sí va por buen camino". (M. Eckhart, Sermón XII. Qui audit me)
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Seguimos invitando a prácticas que ayudarán a conocernos más y mejor en lo que somos; hemos hablado ya de mejorar la conducta, eliminar prejuicios, perdonar. Hoy añadimos una práctica muy sencilla y evangélica que nos llenará de alegría: “Todo lo que queráis que haga la gente con vosotros, hacedlo vosotros con ella” (Mt 7,12).
Esta práctica traerá a tu vida felicidad y al mismo tiempo la dará a todos los que te rodean. Para comprenderlo has de tener claro primeramente que todo sufrimiento viene de quererse uno a sí mismo más que a los demás. El sufrimiento que hay en el mundo proviene de acciones dañinas que son impulsadas por estados emotivos tóxicos que tienen su punto de partida en el egocentrismo, la falta de amor, la obsesión por el propio bienestar. Tan obsesionados vivimos con lo nuestro que nos olvidamos del resto de las personas.
Nos cuesta entender que pensar en los otros antes que en mi me pueda hacer feliz, porque mi mentalidad es competitiva, muy dualista. Hay quien sólo se siente feliz si tiene a su alrededor personas desdichadas con quien compararse. Viven una felicidad tasada y medida desde fuera haciendo suyo el refrán de que “en tierra de ciegos el tuerto es rey”; es una lástima que haya quienes para brillar ellos necesitan oscurecer a los demás. La sabiduría divina nos dice que la felicidad propia no se apoya en la infelicidad ajena; al contrario, es de Dios que no puedes ser feliz si no te preocupa la felicidad de los demás. Para ser feliz has de querer a los demás como te quieres a ti mismo. Y si quieres ir más allá, la suprema felicidad está en querer la felicidad de los otros sin tener para nada en cuenta la tuya.
Una primera afirmación para entender nuestro tema de hoy: todos los seres merecen ser felices por igual. Ahora bien, si ponemos por medio opiniones que nos dividen por su dualismo (confrontación), si agregamos a la consideración sobre las personas opiniones que establecen separaciones: apellidos, títulos, coeficiente intelectual, nacionalidad, etc., entonces mi familia, mi raza, mi clase social, mis nacionales, merecerán más que los otros, porque los considero más puros, más elegidos y/o cercanos a Dios. Pero si quitamos esas preferencias o prejuicios irracionales lo que nos queda es la equidad o ecuanimidad, el hecho de que todos son iguales en derechos, todos merecen ser tratados con justicia sin detrimento de su particularidad y todos merecen ser igualmente felices. Y en la medida en que nos ajustemos a esto vamos a estar cada vez más en armonía con la realidad de cómo son las cosas y cada vez más encaminados a la felicidad.
Vamos a “hacernos” felices
¿Cuándo te ha hecho feliz una persona? Cuando te ha prestado atención, te ha escuchado, te ha dejado ser tu mismo sin juzgarte, cuando se ha adelantado a tus deseos, ha respetado y apoyado tus ideas, te ha valorado en lo que tú consideras que vales, ha minimizado tus errores, etc., es decir, cuando ha empatizado contigo y has sentido su comprensión y su aprecio.
Eso que hacen contigo y te hace feliz debes hacerlo tú con los otros poniendo su bienestar por encima del tuyo, no sólo igual que el tuyo sino “más arriba”. Esto supone un esfuerzo extra pero muy conveniente para crecer en equidad, porque nuestro péndulo suele estar inclinado hacia el lado del mi, mi, mi, .. yo, yo, yo, y para compensar y lograr el equilibrio es conveniente ir más allá de la igualdad, hasta centrarte en hacer el bien al otro antes que a ti mismo.
Si tu felicidad no es posible sin la felicidad de la gente, y si para que la gente sea feliz debes hacer con ella lo que quieres que la gente haga contigo, ¿por qué no aprovechas las oportunidades que cada jornada te ofrece para interesarte por las necesidades de los demás y hacerles felices respondiendo a ellas con amor? Si lo haces así harás felices a otros y te harás feliz a ti misma. Una segunda afirmación importante: toda felicidad viene de querer a los demás tanto como a uno mismo.
Si aceptas como cierto todo lo dicho hasta ahora, para completar este tema te invito a aplicar esta enseñanza de modo consciente durante unas semanas. Estate atento a tu vida, a los detalles de tu relación con los demás y si encuentras la oportunidad, la más pequeña excusa, para hacer felices a otros no dudes en hacer lo necesario. Es este un ejercicio sencillo que no tardará mucho en mostrarte que es cierto que soy feliz cuando los otros son felices, o mejor: soy feliz haciendo felices a los demás. Toma nota del desafío:
*Si te pones de pie para abrir la puerta o la ventana, piensa “hace calor; los demás ¿tienen frío o necesitan aire fresco?".
*Si te pone de pie para buscar algo, “¿alguien necesita algo de la cocina?”
*Si vas a salir en coche, “¿alguien necesita algo que pueda comprar?”. Voy hacia tal sitio, ¿le viene bien a alguien?
*Cada vez que muevas el cuerpo, piensa. “¿De qué manera este movimiento puede servir a los demás? ¿en qué puedo ayudar? Ya que estoy de pie, ¿necesitáis algo? Ya que estoy en la farmacia, ¿alguien necesita algo?"
*Cede tu asiento gustoso en el autobús, en la sala de espera del médico, en el aforo del teatro... "Por favor,..."
*Interésate por el bienestar de los demás; hazlo verbalmente: empatizando con su sitaución: "¿se solucionó el problema que me comentaste?", o interesándote por su salud: "¿estás recuperado del constipado?", o por sus seres amados: "¿cómo siguen tus padres?".
*Calla tus respuestas cortantes en las conversaciones, no discutas, escucha; deja que quien te habla disfrute de su comunicación; permite que el otro sea feliz contándote su vida como tú lo eres al sentirte escuchado: "¡Sí, te escucho; dime!"
*Sonríe, no pongas mala cara a nadie; una sonrisa tuya puede hacer sonreír a muchos como muchos te hacen sonreír a ti. "¡Holaaaaa...! 😊"
Serían casi infinitos los ejemplos que se podrían poner. Si prestas atención, la misma vida te irá dando momentos que son oportunidades para hacer felices a la gente; y de paso observa cómo practicando lo que podemos llamar el altruismo de la felicidad también tú te irás sintiendo cada día más feliz.
“No devolváis mal por mal, ni insulto por insulto, sino al contrario, responded con una bendición, porque para esto habéis sido llamados, para heredar una bendición. ... ¿Quién os va a tratar mal si vuestro empeño es el bien? ... Glorificad a Cristo el Señor en vuestros corazones, dispuestos siempre para dar explicación a todo el que os pida una razón de vuestra esperanza, pero con delicadeza y con respeto “ (1 Pe 1,10.13.16).
En resumen, ama y trata a los demás con la misma atención, el mismo cariño y la misma delicadeza con que deseas ser tratado; y si quieres llegar a la perfección en esto no te quedes en el “como quiero que me traten a mi”, avanza hacia “mejor de lo que deseo ser tratado yo mismo”. Tenemos así una tercera afirmación importante: la felicidad en grado sumo viene de querer a los demás más que a uno mismo. Es fácil de comprender, aunque no tanto de vivir: si no miras por ti mismo, si no deseas nada para ti mismo, nada puede perturbar tu paz interior.
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Esmérate en amar como quieres ser amado, en “tratar como quieres que los demás te traten”. A esto pueden ayudarte los ejemplos de altruismo práctico que hemos señalado antes. Y una última nota: aunque de momento tengas bastante con ejercitarte en “amar al prójimo como a ti mismo” (Rm 13,9), no olvides que la meta a la que aspiras es mayor: “amar los demás como los ama Jesús” (Jn 13,.34). Si lo primero (altruismo) te aporta felicidad, lo segundo (compasión) te fundirá con la felicidad misma. Pero este es otro tema que en su momento será tratado. Cada cosa a su tiempo; paso a paso.
Nota: Puedes terminar esta reflexión visionando este sugestivo corto donde se plasma bien el efecto beneficioso del amor bondadoso que te hace feliz y hace feliz a los demás. Clickar en la foto. O directamente en https://www.youtube.com/watch?v=zmIensH77WQ .
Julio 2023
Casto Acedo
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