lunes, 25 de septiembre de 2023

1.3a. No te sobreestimes. Consejos prácticos (I)

 En cada tema de esta etapa iremos dando una serie de consejos prácticos, es decir, orientaciones sobre la meditación, sobre conducta, modos concretos para animarnos a seguir en el buen camino, claves para el discernimiento de la vida espiritual, etc.

En la primera etapa estábamos en la fase de “cueva o celda”. ¿Recordáis? Tras un largo periodo  retiro en la celda nos hemos preocupado por conocer nuestras debilidades, nuestros apegos, nuestras relaciones tóxicas, mirándolo todo desde fuera, observándonos. Ahora  toca “bajar al valle”,  retomar la vida. 

Los cambios que hemos procurado para nuestra vida interior los vamos a confrontar con la exterioridad, con las personas, circunstancias y situaciones que vivimos cada día en la familia, el trabajo, los amigos, las diversiones, etc. Lo que se pretende con estos "consejos prácticos" es servir de ayuda de cara a tomar decisiones acertadas. 

No te sobreestimes

Comenzamos con un consejo: no te sobreestimes por lo conseguido hasta ahora. La salida de la celda o cueva puede traer consigo confrontación con situaciones o personas que dejaste al comenzar este camino.  Esta confrontación has de hacerla poco a poco, dosificando energías, sin extralimitarte, sin exageraciones. 

No hace falta demostrarte con acciones espectaculares, ni a ti mismo ni a nadie, que estás cambiando, que te sientes con más valor personal. No es preciso que te autoflageles duplicando tu tiempo de meditación o tus días de retiro; tampoco es necesario hacer ejercicios ascéticos, como ayunos, o mortificaciones que estén por encima de tus capacidades; y por supuesto no intentes imponer tus nuevos criterios de vida a tus amigos. No te preocupes por esas cosas; la vida misma te irá dando oportunidades para demostrarte que vales y para dejar ver y valer a otros tus progresos espirituales.

Buscar situaciones difíciles no deja de tener tintes de exhibicionismo; y si vienen esas situaciones vívelas discretamente, simplemente siente la satisfacción de haber hecho lo más fuerte, lo más duro; pero no te jactes de ello ni ante ti ni ante nadie. Evita caer en la soberbia espiritual. Nunca presumas de tu estado espiritual.

Camina por donde vas, no des saltos arriesgados. Recuerda una vez más que lo del espíritu meditativo y contemplativo es un proceso, un camino que hay que transitar paso a paso. Y sólo será eficaz si empiezas en el punto donde te encuentras. Por tanto, acepta tus limitaciones en la meditación, no dejes de volver de vez en cuando al “modo cueva” para mirar tu interior; pero ve subiendo pequeños peldaños tomando decisiones importantes en tu vida práctica, en tu relación diaria con las cosas, las instituciones  y las personas. Debes entrenarte en las pequeñas acciones para llegar a las grandes.

* * *

En resumen: evita caer en la soberbia espiritual

¿Qué es y cómo se manifiesta esta soberbia? Para saberlo te paso una selección del capítulo 2 del libro primero de la "Noche oscura", de san Juan de la Cruz. 

Recuerda que san Juan habla para principiantes, novicios  que han dado un paso adelante dejando el mundo y  decidiéndose a entrar en un monasterio. Habían purificado los sentidos físicos, pero ahora han de esforzarse en educar los sentidos espirituales.

Espero que te iluminen sus consejos. Lo seleccionado en cursiva es cosa mía.

CAPITULO 2

De algunas imperfecciones espirituales que tienen los principiantes acerca del hábito de la soberbia.

 SOBERBIA ESPIRITUAL:   1. Como estos principiantes se sienten tan fervorosos y diligentes en las cosas espirituales y ejercicios devotos, ...  les nace muchas veces cierto ramo de soberbia oculta, de donde vienen a tener alguna satisfacción de sus obras y de sí mismos. Y de aquí también les nace cierta gana algo vana, y a veces muy vana, de hablar cosas espirituales delante de otros, y aun a veces de enseñarlas más que de aprenderlas, y condenan en su corazón a otros cuando no los ven con la manera de devoción que ellos querrían, y aun a veces lo dicen de palabra, pareciéndose en esto al fariseo, que se jactaba alabando a Dios sobre las obras que hacía, y despreciando al publicano (Lc. 18, 11­12).

2. A estos muchas veces los acrecienta el demonio el fervor y gana de hacer más estas y otras obras porque les vaya creciendo la soberbia y presunción. Porque sabe muy bien el demonio que todas estas obras y virtudes que obran, no solamente no les valen nada, mas antes se les vuelven en vicio. Y a tanto mal suelen llegar algunos de éstos, que no querrían que pareciese bueno otro sino ellos; y así, con la obra y palabra, cuando se ofrece, les condenan y detraen, mirando la motica en el ojo de su hermano, y no considerando la viga que está en el suyo (Mt.7,37); cuelan el mosquito ajeno y tráganse su camello (Mt. 23, 24).  ...     

4. Muchos quieren preceder y privar con los confesores, y de aquí les nacen mil envidias y desquietudes. Tienen empacho de decir sus pecados desnudos porque no los tengan sus confesores en menos, y vanlos coloreando porque no parezcan tan malos, lo cual más es irse a excusar que a acusar. Y a veces buscan otro confesor para decir lo malo porque el otro no piense que tienen nada malo, sino bueno; y así, siempre gustan de decirle lo bueno, y a veces por términos que parezca antes más de lo que es que menos, con gana de que le parezca bueno, .... 

5. También algunos de éstos tienen en poco sus faltas, y otras veces se entristecen demasiado de verse caer en ellas, pensando que ya habían de ser santos, y se enojan contra sí mismos con impaciencia, lo cual es otra imperfección. Tienen muchas veces grandes ansias con Dios porque les quite sus imperfecciones y faltas, más por verse sin la molestia de ellas en paz que por Dios; no mirando que, si se las quitase, por ventura se harían más soberbios y presuntuosos. Son enemigos de alabar a otros y amigos que los alaben, y a veces lo pretenden; en lo cual son semejantes a las vírgenes locas, que, teniendo sus lámparas muertas, buscaban óleo por de fuera (Mt. 25, 8). ... 

EQUILIBRIO ESPIRITUAL: 6.  ... Pero los que en este tiempo van en perfección, muy de otra manera proceden y con muy diferente temple de espíritu; porque se aprovechan y edifican mucho con la humildad, no sólo teniendo sus propias cosas en nada, mas con muy poca satisfacción de sí; a todos los demás tienen por muy mejores, y les suelen tener una santa envidia, con gana de servir a Dios como ellos; porque, cuanto más fervor llevan y cuantas más obras hacen y gusto tienen en ellas, como van en humildad, tanto más conocen lo mucho que Dios merece y lo poco que es todo cuanto hacen por él; y así, cuanto más hacen, tanto menos se satisfacen. ...

7. Estos, con mucha tranquilidad y humildad, tienen gran deseo que les enseñe cualquiera que los pueda aprovechar; harta contraria cosa de la que tienen los que habemos dicho arriba, que lo querrían ellos enseñar todo, ...

.... No tienen gana de decir sus cosas, porque las tienen en tan poco, que aun a sus maestros espirituales tienen vergüenza de decirlas, pareciéndoles que no son cosas que merezcan hacer lenguaje de ellas. Más gana tienen de decir sus faltas y pecados, o que los entiendan, que no sus virtudes; y así se inclinan más a tratar su alma con quien en menos tienen sus cosas y su espíritu, lo cual es propiedad de espíritu sencillo, puro y verdadero, y muy agradable a Dios.

* * *

Admira la finura psicológica de san Juan de la Cruz. 

Para nosotros, en el momento en que estamos, quede el aviso de no caer en "soberbia espiritual". Tal como hemos propuesto: no te sobreestimes, procura no creer que eres más porque meditas, no presumas de tus "experiencias místicas" (?) ante nadie, no minusvalores a nadie porque no tenga la suerte que tú tienes de haber encontrado un camino. Sé discreto/discreta en el hablar y vive discretamente.

En conclusión: aprende a estar donde estás, no te minusvalores; tampoco te sobreestimes.

Mayo 2023

Casto A.

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